Sebastian Vettel rinde tributo a Ayrton Senna y Roland Ratzenberger en Imola

Vettel, retirado ya de la Fórmula 1, trabajó en colaboración con la familia de Senna para honrar a los dos pilotos. El piloto alemán ha dado varias vueltas al circuito de Imola pilotando el McLaren de 1993. En su última vuelta, Vettel sostuvo las banderas de Brasil y Austria fuera de la cabina, en honor a Senna y Ratzenberger. Este gesto simbólico fue un recordatorio de la pérdida que sufrió el mundo del automovilismo durante el Gran Premio de San Marino de 1994.

El piloto alemán, al sostener la bandera austriaca, recordó lo que Ayrton Senna había planeado hacer aquel 1 de mayo de 1994 si no hubiese ocurrido ese trágico accidente. Iba a rendir homenaje a su compañero Ratzanberger, quien murió durante la clasificación del día antes de la carrera.

Vettel no pudo contener las lágrimas después de pilotar el mítico McLaren MP4/8. Al bajarse del monoplaza, recreó su famosa celebración arrodillándose ante el coche de Senna de un modo similar a como hizo en 2013 con su Red Bull tras conseguir su cuarto título mundial de F1.

El legado sigue vivo

Durante el homenaje, Vettel compartió algunas palabras conmovedoras. Habló sobre la importancia de la seguridad en el deporte, y cómo el trágico fin de semana en Imola en 1994, cambió la Fórmula 1 para siempre.

El tributo de Vettel a Senna y Ratzenberger fue un recordatorio de la valentía y el espíritu de estos dos pilotos. Aunque han pasado 30 años desde su trágica pérdida, su legado sigue vivo en el corazón de la Fórmula 1. A través de tributos como este, las futuras generaciones de pilotos y aficionados aprenderán sobre su contribución al deporte y la importancia de la seguridad en las carreras.

Este homenaje fue un momento de reflexión y respeto, un recordatorio de que, aunque la Fórmula 1 es un deporte de alta velocidad y emoción, también es un deporte de gran riesgo. La seguridad debe ser siempre la máxima prioridad y el legado de Senna y Ratzenberger es un recordatorio constante de ello.